jueves, 3 de junio de 2010

CUIDADO CON CREERTE DEMASIADO FUERTE!


“Por eso, que nadie se sienta seguro de que no va a pecar, pues puede ser el primero en pecar”.

1 Corintios 10:12

(Biblia Traducción en Lenguaje Actual)

Este versículo es el que tradicionalmente conocemos como: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga”, solo que lo he querido colocar en la Traducción en Lenguaje Actual porque se entiende de mejor manera.

Dice la misma Palabra de Dios que el enemigo anda como León rugiente buscando a quien devorar, eso quiere decir que diariamente nos enfrentaremos a situaciones que como objetivo llevaran el hecho de alejarnos de la comunión personal con el Señor.

Tú puedes ser el mejor líder, el pastor más reconocido, la servidora mas entregada, la hermana mas consagrada, pero eso no quiere decir que no estés en la posibilidad de fallar.

A veces se nos olvida que somos humanos, que somos débiles ante la tentación y que si nos ponemos a jugar con el fuego, podemos quemarnos. Y es que creemos que por el simple hecho de que ahora somos hijos de Dios ya la tentación es nada para nosotros.

¡Qué equivocados estamos! Cuando venimos a Cristo somos hechas nuevas criaturas, eso quiere decir que nuestro espíritu se ha renovado, que hemos sido perdonados de nuestros pecados y hemos heredado una vida eterna que Dios tiene preparado para los que le buscan de corazón. Pero eso no quiere decir que tu carne a cambiado, al contrario tu carne sigue siendo la misma, sintiendo los mismos deseos de antes, débil ante la tentación o áreas que siempre lo fue, la única diferencia es que ahora ya no vivimos para satisfacer los deseos de la carne, sino para agradar a Dios.
Pero llega momentos en donde a sabiendas de que somos débiles a ciertas cosas, tendemos a buscarlas, porque nos creemos seguros que no pecaremos, por esa razón este versículo en Lenguaje actual dice: “Por eso, que nadie se sienta seguro de que no va a pecar”, es decir tu puedes ser muy espiritual y crees que estas tocando el cielo, pero si te descuidas puedes como dice la siguiente parte de este versículo en Lenguaje Actual: “pues puede ser el primero en pecar”.

Dios no quiere que juguemos con el pecado, no quiere que nos sintamos tan fuertes como para andar buscando la tentación, al contrario, quiere que seamos humildes, que reconozcamos que fuera de Él nada podemos y que cada día estamos batallando por resistir todos los deseos que humanamente nos embargan.

Y es que todos pasamos por lo mismo, no creas que tu eres el único que eres tentado a pecar, no creas que solo a ti te pasa, nos pasa a todos y a diario, cada día de nuestro existir será una nueva pelea en contra de lo que nuestros deseos quieren versus lo que nuestro espíritu anhela hacer para Dios, somos nosotros quienes al final decidimos a quien satisfacer, sabiendo que el resultado puede ser satisfactorio o puede ser desbastador.

Vivamos cada día reconociendo nuestras debilidades delante de Dios, reconociendo que sin su ayuda no podemos resistirnos a pecar, reconociendo que no somos perfectos y que en cualquier momento nos puede llegar el turno de fallar, pero que eso no sea motivo para tirar la toalla, al contrario que eso nos motive y nos muestre que realmente necesitamos cada día más del Señor, porque todavía hay áreas en nuestra vida en las cuales somos débiles.

Que el fallar no sea motivo de alejarte del Señor, al contrario tiene que ser motivo de buscar más de Él, porque no hay manera de salir adelante sin Él, la Biblia dice y el mismo Señor Jesús nos lo dijo: “Separados de mi, nada podéis hacer”.

Vivamos cada día reconociendo que no somos perfectos y que necesitamos día a día del Señor para poder resistir las batallas diarias que enfrentaremos en contra de nuestros deseos, vivíamos humildemente no señalando con el dedo a los que fallan, sino considerándonos a nosotros mismos como candidatos también a fallar en cualquier momento de descuido espiritual, por tal razón busquemos mas del Señor, hagámoslo el Centro de nuestra Vida, reconozcámoslo en todos nuestros caminos y jamás nos olvidemos que ahora vivimos para agradarlo.

No te creas demasiado fuerte como para no pecar, mejor dale gracias al Señor que por su gracia y misericordia eres lo que eres.
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Autor: Enrique Monterroza

Nuevas son cada mañana tus misericordias.



“Esto traigo a mi corazón, por esto tengo esperanza: Que las misericordias del SEÑOR jamás terminan, pues nunca fallan sus bondades; son nuevas cada mañana; ¡grande es tu fidelidad!”

Lamentaciones 3: 21-23

(Versión La Biblia de las Américas)

La Misericordia de Dios (suspiro) ¿Qué puedo decir?, el texto que acabamos de leer lo dice todo. Y es que sin duda Dios es Misericordioso con nuestra vida, creo que si cada uno de nosotros obtuviera el pago que merecen nuestras acciones, hoy no estarías ni leyendo estas líneas.

Y es que somos así, pecadores por naturaleza, seducidos a caer en los deseos engañosos de la carne, propicios a fallar una y otra vez, pero en medio de todo eso, hay algo que nos detiene a no dejarnos dominar por una vida total de pecado y es el hecho de que Dios nos amo y dio su vida por nosotros para que ahora podamos ser libres de las cadenas del pecado.

Ahora decía Pablo, ya no vivo yo, mas Cristo vive en mí, ahora ya no somos esclavos del pecado, sino hijos de Dios, coherederos con Cristo Jesús y testigos de la Gracia Divina y de la Misericordia increíble de Dios.

Quizá los últimos días te has sentido muy mal, por algún error que cometiste, quizá te dejaste llevar por tus bajos instintos y fallaste, a lo mejor tenias mucho tiempo de no caer en esa área de tu vida que tanto trabajo te ha llevado superar, y volviste a lo mismo.

Pueda que te has sentido triste porque consideras que Dios no se merece lo que has estado haciendo, quizá dentro de ti hay hasta vergüenza de llegar delante de Dios y pedirle que te perdone una vez más, no encuentras que cara poner delante de Él, que palabras decir, porque quizá no hay palabras que justifiquen tu accionar, simplemente estas avergonzado de tu andar.
Por un momento en tu mente hay toda clase de voces que te dicen que eres un derrotado, que no eres capaz de ser fiel, que no eres digno de ser un hijo de Dios, que solo estas engañándote a ti mismo y tratando de engañar a los demás, que por más que lo intentes siempre caerás en lo mismo y toda clase de voces que lo único que quieren es hacerte retroceder de una vez por todas para que vuelvas a tu vida antigua separado de Dios.

Pues hoy Dios quiere que comprendas que él jamás te ha juzgado, que nunca te ha señalado con el dedo para acusarte de algo, al contrario, siempre ha extendido sus brazos para que vengas a Él y recibas su abrazo, siempre ha estado allí levantándote en cada caída, en cada tropiezo, y es que así es El, grande en Gracia y Misericordia.

Por nuestras acciones merecemos castigos severos, pero es allí en donde entra en acción la MISERICORDIA DE DIOS, que no te da el pago que mereces, sino el que no mereces.

Cuesta entenderlo con nuestra mente humana, pues ¿Cómo es posible que esto sea tan contradictorio?, pues así es, la Biblia nos enseña que CADA MAÑANA sus MISERICORDIAS se RENUEVAN sobre nuestra VIDA.

Eso quiere decir que cada mañana Dios tiene MISERICORDIA nueva sobre tu vida, por tal razón no es hora de querer tirar la toalla, de querer colgar los guantes y menos de echar todo por la borda porque no te consideras digno de este CAMINO.

El anhelo de Dios es que aceptes su MISERICORDIA, que te perdones a ti mismo porque El ya te ha perdonado, pues cuando le pides perdón El jamás se negara a dártelo.

Es hora de darle valor a esa MISERICORDIA la cual Dios ha tenido sobre nuestra vida, ¿Cómo? A través de no rendirnos, a través de intentar cada día mejorar nuestras vidas, a través de reconocer que su MISERICORDIA ha sido tan grande sobre nuestras vidas y por lo cual se merece nuestra FIDELIDAD TOTAL.

Ya no te quejes mas, ya no pongas más excusas, no te sientas indigno, no tengas vergüenza, pídele perdón al Señor de corazón e intentan no volverlo hacer, Dios te llenara de su MISERICORDIA y la RENOVARA día tras día sobre tu vida.

Sin lugar a dudas como Jeremías lo dijo:
¡Grande es tu Fidelidad!
Autor: Enrique Monterroza